jueves, 1 de noviembre de 2012

DIA 4: CHINCHILLA-LA RODA

Sábado, 8 de Septiembre


Hoy toca etapa corta (60 kilómetros) ya que quiero hacer noche en el curioso albergue de peregrinos de La Roda. Mientras desayuno en el bar del hostal se aproxima a la barra un hombre que saluda en un idioma ininteligible. Al principio pensé que era extranjero hasta que pidió su desayuno: " un whisky con coca-cola".
Joer!!! Si son las ocho y media!!! Como veo que está en la fase comunicativa de la cogorza me doy prisa en pagar y pido la llave para sacar la bici del garaje.
Por los pelos..........Cuando termino de colocar las alforjas el "croqueta" se ha autoinvitado en una mesa de la terraza y está dándole un mitin "revolusionario" a dos parroquianos. Piernas para que os quiero!!!

Salgo de Chinchilla siguiendo un cartel indicativo de carretera nacional pero que me lleva a la autovía. Afortunadamente hay una salida a solo un kilómetro, junto a un polígono industrial. Me oriento gracias a las indicaciones de unos ciclistas y acabo en la via de servicio del AVE Desde allí la navegación es sencilla. Albacete se ve a 15 kilómetros de distancia así que circulo paralelo a las vías del tren hasta que encuentro un puente donde cruzar la vía a la altura de las primeras edificaciones de la ciudad.
Tras atravesar un descampado veo que las viviendas tienen un aspecto descuidado y la calle está repleta de “fregonetas” y vehículos rematriculados de gama alta. Vamos. Que mis dotes de orientación me han conducido a un decorado de “Callejeros”.
Al final acabo preguntando a un señor mayor, ataviado con sombrero y bastón (desconozco si tenía graduación de patriarca), que está rebuscando en la chatarra y me explica cómo llegar al centro de Albacete.




El centro de la ciudad está bastante tranquilo. Supongo que estarán recuperándose de la primera noche de Feria. Hago un par de fotos a la catedral y el ayuntamiento y me dirijo  al Paseo de la Cuba, donde hay un bonito parque que  hace de colchón entre el casco urbano y las vías del tren. Tras poco más de un kilómetro por el carril bici del paseo se gira a la derecha por la Avenida del Cronista Mateos y Sotos en busca de los puentes peatonales que salvan las vias férreas y la autovía de Madrid, desembocando finalmente en el cementerio municipal.
La única sorpresa que tuve negociando la salida de Albacete es  que ya no existe la rotonda  por donde atravesar la N-322 y acceder a un polígono industrial a la derecha de la autovía, por lo que hay que hacer un rodeo en dirección a Requena  de un par de kilómetros en busca de un cambio de sentido.



Parque Lineal (Albacete)


En busca de flechas amarillas

Tras este nimio contratiempo encuentro la señalización del camino viejo a La Gineta y al poco tiempo veo a lo lejos la silueta de un ciclista que parece ir con equipaje. Descarto que sea un espejismo ya que el sol no aprieta a estas horas lo suficiente como para alterar mis facultades cognitivas. Lo sigo en la distancia hasta que finalmente para en un cruce y logro darle alcance.
Pues sí. Es un bicigrino valenciano, a lomos de una Cannondale híbrida,  que salió el mismo día que yo desde Chiva y también finalizaba etapa en La Roda. Y para más casualidad nos habíamos alejado en el mismo hostal en Chinchilla. El también se sorprendió ya que cuando llegó ayer desde Almansa no vio ninguna bici. La explicación es que las guardamos en lugares diferentes. Después de tres días de encuentros fugaces con conejos  por fin encuentro a un ser humano en el camino.

Rodando en compañía los kilómetros pasan más deprisa y en poco tiempo llegamos a La Gineta por pistas totalmente llanas. Miramos el reloj y convenimos que es hora de almorzar.
Quedan otros 20 kilómetros llanos hasta La Roda, donde llegamos poco antes de las tres de la tarde. Como no son horas de importunar a la persona encargada de abrirnos el albergue decidimos buscar un sitio donde comer con tranquilidad. Y tanto. Dos horas de comida, café, copa y cigarrito.





La Roda


A las cinco contactamos con Maria del Señor y cuando llegamos a la plaza de toros, donde está habilitada la enfermería como albergue,  ya nos estaba esperando junto a un matrimonio también miembro de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de La Roda.
Nos anuncia que ya hay un peregrino alojado. Es un jubilado malagueño con unos cuantos caminos en sus piernas. Empezó en Alicante y tiene previsto llegar a Santiago en dos meses.
El albergue es de donativo. Dispone de tres camas, una ducha y otra habitación, llena de trastos, donde hay un lavadero.






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