domingo, 4 de noviembre de 2012

DIA 6: LAS MESAS-TEMBLEQUE

Lunes, 10 de Septiembre



Como no hay mal que por bien no venga,  el palizón involuntario de ayer ayudó a que durmiera de un tirón. Bajo las alforjas al recibidor, preparo la bicicleta y dejo la llave en recepción sin posibilidad de despedirme. No hay nadie. Empiezo a dudar si la persona que me recibió ayer era real o fue un fenómeno paranormal.
Como no es cuestión de empezar el día en ayunas retrocedo hasta el pueblo y compro un zumo y unas galletas en la gasolinera. Mientras desayuno le comento al empleado de la gasolinera mi peripecia para llegar a Las Mesas desde El Provencio y, en concreto, lo del cruce sin señalización antes de llegar a Socuéllamos. Me informa que en esa intersección a la derecha se va a Las Mesas y a la izquierda a Villarrobledo (si llego a tomar esta dirección menuda etapa circular que me hubiera marcado…..) Pues ya lo sabemos para la próxima.
Hoy mi objetivo es acercarme lo máximo posible a Toledo y de este modo aprovechar mañana para visitar la Ciudad Imperial con cierta tranquilidad.
Los primeros diez kilómetros transcurren por la carretera de Mota del Cuervo hasta llegar al Santuario de la Virgen de Manjavacas.


Llegando al Santuario de la Virgen de Manjavacas



Doy una vuelta por el Santuario hasta que me encuentro con una señora que está haciendo labores de limpieza. Al principio parecía recelosa pero a los pocos minutos me pregunta si estoy haciendo el Camino de Santiago. Tras contestar afirmativamente me enseña la capilla y, por primera vez en seis días, me ofrece sellar la credencial.
Resulta que es la guardesa, junto a su marido, del santuario. La de vueltas que da la vida. Un matrimonio uruguayo que acaba cuidando de una ermita en algún lugar de La Mancha….
Tras charlar un rato me indica por donde tomar la Ruta del Quijote que va hasta El Toboso. Son 15 kilómetros de agradable paseo entre viñedos.


Ruta del Quijote hacia El Toboso



Llegando a El Toboso

Una vez en El Toboso doy una vuelta turística por el centro histórico de la localidad y aprovecho para almorzar en el Hostal El Quijote. El dueño del bar me comenta que anoche se alojó un ciclista valenciano y que no hace mucho tiempo  ha salido de allí. Efectivamente era Jose. Lo llamo y  sigo su recomendación de ir por carretera hasta Quintanar.








Casa de Dulcinea


La siguiente población es La Puebla de Almoradiel, 15 kilómetros al este de Quintanar. Llego cerca del mediodía y pregunto por algún lugar donde comer. Me indican dos bares cercanos con nombre de temática automovilística: “El volante” y “El frenazo”. Escojo el primero pero en la terraza da el sol a esas horas, por lo que dejo la bici junto a una ventana para tenerla a la vista y paso al comedor. Hoy toca menú “dietético”: sopa de fideos, higadillos de ave y tarta de postre.



La Puebla de Almoradiel


Tras reposar la comida y esperar que bajara un poco el sol ya tomo las indicaciones del camino hacia  la Villa de Don Fadrique y Villacañas. Hay que decir que en la provincia de Toledo el camino está perfectamente señalizado. Hay que seguir el GR-239.



Villa de don Fadrique

Para entrar a Villacañas hay que pasar un puente peatonal para cruzar la vía del tren y al otro lado hay un parque. Aprovecho para descansar y llamo de nuevo al bicigrino valenciano. Acaba de llegar a Tembleque y se ha alojado en el Hostal La Purísima. Son ya más de las seis pero el hecho de cenar en compañía me anima a hacer esos últimos 20 kilómetros.
Para salir de Villacañas hay que ascender durante dos kilómetros hasta alcanzar CM-410. El camino va paralelo a la carretera pero permite circular a buen ritmo. Sobre las siete y media ya diviso Tembleque. Visito su famosa plaza mayor, hago unas compras y me dirijo a las afueras del pueblo, donde se encuentra el hostal. En la terraza está esperando el valenciano tomando una cerveza.


Molinos llegando a Tembleque




Plaza Mayor de Tembleque


La habitación es amplia así que hoy duermo en compañía. La bici y yo. Tras la ducha bajo al bar y pido una jarra de medio litro de cerveza para reponer líquidos, que hoy creo que me lo he ganado. Han sido cerca de 90 kilómetros pero esta vez en línea recta (no como ayer que avancé en zig-zag). Y, además, con el objetivo cumplido. Toledo está a menos de 60 kilómetros.

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