martes, 13 de noviembre de 2012

DIA 8: TOLEDO-SAN MARTIN DE VALDEIGLESIAS

Miércoles, 12 de Septiembre


Definitivamente no hay manera de comenzar una jornada pronto. Mientras desayunamos en el buffet del albergue nos aborda una pareja de empleados del castillo interesándose por lo que hacemos. Me sorprende su curiosidad por que no somos los primeros, ni seremos los últimos, peregrinos/bicigrinos que hacemos noche allí.
Tras la charla divulgativa acerca de qué hace un valenciano y un alicantino que han coincidido en Albacete y se dirigen a Santiago, hago las últimas fotos de la ciudad desde el jardín.





Vista de El Alcázar desde el Castillo de San Servando
 

A las nueve y media nos ponemos en marcha. Hay que dejar a la izquierda las murallas de la ciudad hasta llegar a la Puerta de Bisagra y, a la altura de la rotonda de la Reconquista, tomar la Avenida de Carlos III y por último buscar otro rotonda, la Plaza de Avila, que te deja junto al río, abandonando la ciudad por un paseo fluvial en dirección noroeste. A partir de aquí hay indicaciones del GR.


Puerta de Bisagra



Los primeros kilómetros son por asfalto y, una vez superada una cantera, con mucho tráfico de camiones, tomamos el camino señalizado en dirección a Rielves. Una constante de estas jornadas por La Mancha es que los caminos, como consecuencia de la falta de lluvias, están literalmente ”hechos polvo”, por lo que sería más correcto hablar de “surcar los caminos” más que rodar por ellos. Y como novedad, hay un tramo junto a una finca  hípica donde hay más arena que en la playa de mi pueblo.




En Rielves los Caminos del Sureste y de Levante se bifurcan para volver a unirse en Escalona. El primero pasa por Huecas, Novés y Quismondo y el segundo atraviesa Torrijos y Maqueda. Tras el “éxito” de mi navegación por tierras conquenses, decido seguir la referencia de Jose, que opta por cubrir el trayecto hasta Maqueda por la N-403 (carretera Ávila-Toledo), que no soporta demasiado tráfico al ir paralela a la Autovía de La Mancha. En los tramos de asfalto la híbrida se convierte en un corcel mientras que mi burra……….burra se queda…..





 
Son casi las tres cuando llego a Maqueda y me reencuentro con el valenciano en la terraza  de un curioso bar. El establecimiento tiene cerrado el acceso al interior con una reja y el hostelero despacha en una pequeña barra que da al exterior. Está a punto de cerrar (no reabre hasta pasadas las cinco ya que no suele venir nadie en ese intervalo), así que aprovecho para pedir un par de refrescos, me acomodo dos sillas y me pongo en posición de siesta peregrina.


Castillo de Maqueda


Rollo jurisdiccional (Maqueda)


Restos fortaleza árabe (Maqueda)


Tras la hora y media de descanso seguimos por camino en dirección a Escalona y en los amplios paisajes manchegos se introduce una novedad. Los Montes de Toledo se yerguen al fondo.





Una vez llegados a Escalona se me antoja meter algo de gasolina en el cuerpo porque empiezo a sospechar que la ruta va a empezar a endurecerse a partir de aquí. Y no voy desencaminado.
Cuando llego a Almorox llamo al valenciano y me informa de que a partir de ese pueblo la carretera se empina cada vez más. Son ya las siete de la tarde y quedan todavía unos veinte kilómetros hasta el fin de etapa, así que me preparo para el zafarrancho. Me aprovisiono de agua, me quito las gafas de sol e instalo las luces en la bici.
Y, efectivamente, la carretera se empina más y más. Será por que llevaba rodando una semana sin apenas desniveles o bien porque subir cuestas a última hora del día no sea el mejor momento, al menos para mí, pero esos últimos kilómetros se me hacen muy largos. Voy haciendo pequeños descansos para recuperar el resuello así que no me detengo mucho a apreciar el bonito pinar por el que pasa la carretera.
Finalmente la subida termina a la altura del cartel que anuncia la entrada en la Comunidad de Madrid,  desde donde se observa el pueblo de San Martín de Valdeiglesias.





Afortunadamente los últimos kilómetros son en descenso y llego al pueblo pasadas las ocho de la tarde. Mientras me dirijo hacia el Ayuntamiento me llama la atención que hay muchos comercios cerrados, cosa lógica por la hora, pero también lo están los bares que veo a mi paso. Finalmente veo al valenciano sentado en la terraza de una hamburguesería (de nombre “McPacos”….). y me cuenta lo que pasa. Ayer finalizaron las fiestas del pueblo y hoy están casi todo el mundo descansando.
Además me explica que ha preguntado en la policía municipal por el alojamiento y le han dicho que tenemos que esperar hasta las diez y media porque el encargado del polideportivo está en Madrid y ellos no disponen de llaves.
Aprovechamos para cenar en la hamburguesería, que es lo único que está abierto, y a la hora convenida nos acercamos al cuartel de los municipales. Nos piden el DNI y nos explican con naturalidad que es para controlar que no tengamos antecedentes. Uff. Cuando escucho eso me pongo a hacer un rápido repaso de mi vida por si hubiera hecho algo digno de estar en un informe policial……
Una vez fichados y “sellados” (la credencial), nos dirigimos a la parte alta del pueblo, donde se encuentra el polideportivo, a esperar a que nos abrieran. La guasa es que el encargado no llega hasta las doce y si llega a tardar un poco más nos encuentra durmiendo hombro con hombro.
El encargado llega medio mosca por que ha tenido que venir expresamente de Madrid para abrir y nos dice que le hemos pillado por casualidad porque al día siguiente se iba de vacaciones. No entiende, y nosotros tampoco, que la policía municipal no disponga de llaves de todas las dependencias municipales. Para endulzar más la peripecia resulta que sí tiene las llaves pero no la contraseña de la alarma por lo que avisan a los “munisipales” de que va a saltar. !Y acaban de pedirnos nuestros dato!, ja,ja,ja En fin. Cosas de nuestra querida Españistán……..
Así que una ducha “alter hours” y a domir en la habitación más grande que iba a tener en todo el Camino. Todo un tatami para dos personas.


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