jueves, 8 de noviembre de 2012

DIA 7: TEMBLEQUE-TOLEDO

Martes, 11 de Septiembre


Hoy toca etapa corta y  en compañía del valenciano, lo que me garantiza que no me despistaré. Antes de partir le doy un manguerazo a la bici en la gasolinera que hay junto al hostal. Es que más polvo no retiene la pobre….
Hay que rodar un kilómetro hasta el centro de Tembleque y buscar la calle Villanueva de Bogas, que te conduce, tras trece kilómetros por camino llano, al pueblo del mismo nombre.

Camino a Villanueva de Bogas


Monumento del Camino en Villanueva

Los siguientes 20 kilómetros, de Villanueva de Bogas a Almonacid de Toledo, me recuerdan los caminos del tramo navarro a partir de Pamplona, es decir, continuo sube y baja, alternando piedras y tierra molida.  Después de casi una semana rodando a buen ritmo ya no recordaba la sensación de ir a menos de diez kilómetros por hora.






Castillo de Almonacid de Toledo


En Almonacid aprovechamos para hacer un almuerzo/comida en el bar que hay junto a la iglesia. La terraza está relativamente concurrida aunque creo que buena parte del éxito de público se debe a la “monumentalidad” de la mesonera que lo atiende.
Sobre las dos de la tarde retomamos la marcha en dirección a Nambroca. Tenía anotado que tras esta población se llegaba a Toledo pasando por Burguillos y Cobisa (lo que supone entrar por el sur), pero mi “guía” tiene un track que conduce por el este a una pequeña población llamada Las Nieves, y tras unos cuatro kilómetros en descenso por autovía, nos deja justo en el barrio de Santa Bárbara, que es donde se encuentra el albergue juvenil del Castillo de San Servando. Hemos llegado a una hora decente, un poco antes de las cuatro, lo que nos permitirá hacer un poco el “guiri” por la ciudad.
El alojamiento es todo un lujo. Este castillo rehabilitado en más un hotel que un albergue. Tiene incluso piscina aunque el horario de cierre no me permitiera disfrutarla. El precio creo recordar que era de unos 32 €, de los cuales 12 € corresponden al carnet de alberguista.
Las bicicletas se quedan candadas en la barandilla de entrada al edificio pero están a buen recaudo, ya que, para poder acceder desde la calle, hay que llamar desde un  videoportero para que el recepcionista abra el portón de acceso y subir unas escaleras.




Tras la ducha  ponemos una lavadora (otro lujo después de seis días de lavar a mano) y ya nos disponemos a conocer la Ciudad Imperial.  El recepcionista nos explica cómo llegar al casco antiguo sin darnos la panzada de subir escaleras (hay que “colarse” por la rampa de un parking subterráneo de reciente construcción y ya en su interior hay unas escaleras mecánicas que te dejan junto a la famosa plaza) y de paso nos recomienda que nos alejemos todo lo que podamos de la Plaza de Zocodover para cenar sin riesgo de que nos sableen cual vulgares turistas japoneses.



Puerta de Alcántara


Catedral de Toledo


Ayuntamiento



Casa de El Greco


Iglesia de San Juan de Reyes



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