lunes, 12 de octubre de 2015

DIA 6: : ALCALÁ DEL JÚCAR-CHINCHILLA DE MONTEARAGÓN

Martes, 8 de Septiembre

Cuando viajas se te inocula muy rápido el virus del nomadismo. Estar en movimiento se convierte en una droga  y llevo ya un día de mono.  He aceptado, a regañadientes, que se me ha acabado el vagabundeo por este año pero me pido una dosis más antes de guardar las alforjas.
Última visita a la enfermería y a preparar el petate. Me alegra verme otra vez disfrazado aunque no sé cómo se va a comportar la pierna. Hasta ahora me molesta más en reposo que en movimiento pero pronto saldré de dudas.  Un familiar se ha ofrecido a ir a rescatar al tronao que se va en bici solo. Le he detallado el recorrido a seguir y hemos quedado en encontrarnos a partir de Albacete.
Con más pena que dolor emprendo la última etapa del viaje de esta temporada. La vía de escape está clara. Recorrer la Hoz del Júcar dirección Jorquera. Un bonito e inesperado regalo de despedida. Treinta kilómetros remontando el río por una carretera vecinal donde no me he cruzado con más tres coches. Terreno ondulado con lógica tendencia  a subir pero muy suave. La única preocupación es evitar las piedras que se han desprendido como consecuencia de las últimas lluvias. Cuando paso por alguna pequeña aldea, con sus típicas casas cueva, y noto la presencia de algún perro inconscientemente tiendo a encoger la pierna. Mira que si también me traigo de recuerdo un trauma…








Abandonando la Hoz del Jucar (Alcozarejos)



Salgo de la hoz a la altura de Alcozarejos tras un kilómetro de subida y tomo la CM-3218 hasta Valdeganga. Para acceder a este último pueblo hay que abandonar el cauce del río con otro kilómetro y pico que de ganga no tiene nada. Es cerca de mediodía y el sol empieza a picar. No encuentro ningún bar durante el callejeo así que continuo por la misma carretera autonómica. A los pocos metros veo señalización para bicicletas a mi izquierda. La paso de largo pero poco después encuentro otro acceso. Me asomo y, para mi sorpresa es un carril-bici.  Para ser justos es una carretera exclusiva para bicicletas. Qué nivelazo y qué envidia sana. Ya quisiera en mi tierra algo así.
A los pocos kilómetros se cruza por un paso subterráneo la carretera y el mega carril-bici continúa por la derecha en dirección a Albacete. Llego a Tinajeros y a la salida encuentro un restaurante con señalización de zona de descanso para ciclistas. Menudo paraíso. Buen sitio para hacer la última comida caminera. Me fijo que desde este punto sale otro camino con señalización de Via Verde.
Mientras comía he escuchado comentarios sobre lo mucho que llovió anoche también aquí, por lo que descarto explorar esta vía. Además, me han confirmado que el carril-bici llega hasta Albacete. Pues no hay nada más que hablar.

Carril bici hacia Albacete


Ya estoy a Albacete. Cruzo la autovía y las vías del tren por un paso elevado que no recuerdo de la anterior vez. Paso junto a un parque y le pregunto a un hombre que pasea con dos galgos por dónde se va hacia Chinchilla, donde finalmente he quedado con el “equipo de rescate”. Al momento se acerca un chaval por detrás y me indica dónde está el Paseo de la Cuba, que bordea de norte a sur la ciudad.  Había recorrido más de un kilómetro por el paseo cuando paso por delante de un hotel que sí recordaba pero no me cuadra su ubicación. Pregunto a una señora y me confirma que voy en sentido contrario, vamos, que voy hacia Madrid…… Venga. Media vuelta y regreso por donde había venido. Llego hasta el parque y me fijo en la cantidad de coches desguazados que hay alrededor. Ahora caigo en la cuenta. Estoy en el barrio “residencial” con el que me topé hacia tres años viniendo precisamente de Chinchilla. He desembocado más al sur de lo que pensaba. Vuelvo a cruzar las vías del tren y en una rotonda está señalizada la vía de servicio “Casas Coloradas”. Pues ya lo tengo claro. Por aquí llegué la otra vez, paralelo a las vías. Atravieso el núcleo de viviendas lo más rápido que puedo no vaya a escaparse de su parcela alguno de los perros que me “saludan” y me lleve otro recuerdo a casa.

Chinchilla de Montearagón


Durante quince kilómetros el camino de tierra sigue el trazado de las vías. Paro bajo un puente para tomar la última merienda caminera. Esto se acaba. Antes de llegar a Chinchilla, a la altura de un polígono industrial, el equipo de rescate me pilla in fraganti.  Tiene guasa la cosa. Hoy me ha salido la etapa más larga y ni me he acordado de la herida. Durante una fracción de segundo se me pasa por la cabeza decirles que gracias por la visita pero que continúo y acto seguido me imagino que me hacen un trabajito en la otra pierna con apariencia de accidente. Mejor me callo, ja,ja,ja. Como dijo el general aquél de la pipa, volveré………………..   

Últimas pedaladas.....







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