viernes, 19 de noviembre de 2010

LAS VÍSPERAS EN SAINT JEAN

Después de un paseillo de 700 kilómetros, sobre las seis de la tarde, llegamos a Uhart-Cize, que se encuentra a menos de un kilómetro de Saint Jean Pied de Port. Veinte kilómetros antes, al pasar Roncesvalles y el posterior descenso desde el Alto de Ibañeta hasta Valcarlos, sumergido en ese paisaje pirenaico, empiezo a notar un hormigueo en el estómago. Ya estoy allí.
Toca descargar el equipaje y montar la burra, además de hacer unas pequeñas compras para cenar y desayunar al día siguiente. Uff, las siete, lo que en Francia significa que los comercios empiezan a cerrar. Y yo sin credencial. Además, veo en la tele la previsión del tiempo y dan lluvia para mañana jueves y sol para el viernes. Pues empezamos bien...............
Me pongo a pensar que no he venido hasta aquí para estresarme, así que decido tomármelo con calma y aprovechar el día siguiente para hacer los últimos preparativos y conseguir la credencial, y de paso hago un poco el "guiri" con mi cuñado. Y a esperar que escampe la lluvia........
La "meteó" francesa no se equivoca y el jueves 9 de Septiembre amanece con lluvia, descargando las nubes periódicamente. A las dos de la tarde vamos a comer a Valcarlos, y adelantamos a un grupo de bicigrinos sesentones que suben hacia Ibañeta bajo un aguacero considerable. Joer, qué.........piernas tienes los tíos. Y me pregunto cómo estarán los peregrinos que partieron ese día. Días después escuché en los albergues que llegaban a Roncesvalles empapados y muertos de frío. Y estamos a principios de Septiembre!!!
Por fin, por la tarde, después de una reparadora siesta motivada por el buen comer y el mejor beber, me  dirijo al local de "Les Amis du Chemin de Saint-Jacques", en la Rue de la Citadelle, a solicitar la Credencial, mientras observo el ir y venir de peregrinos por la empedradas calles de este pueblo con reminiscencias medievales.
Espero mi turno y me atiende una buena señora que me da una pequeña encuesta para cumplimentar mis datos. Por fin me da la credencial y escribo en ella mis datos personales. Qué emoción! Ya tengo carnet de peregrino!. 
Luego me pregunta si quiero información acerca de la primera etapa. Aunque he leído bastante sobre esa temible etapa, accedo por que no está de más conocer más datos. En un momento me inunda de documentación con las etapas del Camino hasta Santiago, un listado con los albergues y las direcciones de todos los talleres de bicis, teléfonos de empresas de transporte para el viaje de vuelta, etc.. Lo tienen bien organizado, vaya que sí.
Por cierto, que cuando le explico que  voy  en bici, da por hecho que voy a ir por la carretera de Valcarlos. La corrijo y le digo que no, que voy a ir por el Camino,  y la señora empieza a resoplar y a comentarme en tono maternal que esa vía (conocida también como Ruta de Napoléon) es muy dura, que hay muchos kilómetros de subida, que a partir del refugio de Orisson no hay una sola casa hasta Roncesvalles, que cuidado con no equivocarme en algún desvío ya que a más de un peregrino se le ha hecho de noche en el monte y no lo ha contado. Uff, qué animos. Pero, en fin, nada que no supiera ya. Y  tengo claro que si hay que hacer el Camino, que sea con todas las consecuencias. Y si no paso del primer día es que no estoy preparado para esto y lo mío no ha sido más que un impulso inconsciente.
En fin, pues ya está todo dicho. El Viernes 10 de Septiembre empieza mi camino.

martes, 9 de noviembre de 2010

PREPARATIVOS

A mediados del mes de julio tomo la determinación de hacer el Camino, o al menos intentarlo, durante el mes de Septiembre, aprovechando las vacaciones y teniendo en cuenta que en esas fechas no debería de estar tan saturado de peregrinos y que la metereología no sería muy adversa.

MEDIOS MATERIALES

Lo único que tenía era el medio de transporte, una sufrida Mérida 100 del año 2.003, de suspensión delantera y con frenos de zapata, vamos, lo que se dice un último modelo, eso sí, testada durante estos años en la sierra de mi pueblo, cuyas sendas no pueden ser peores, en lo que a piedras se refiere, a lo que me podia encontrar en el Camino.

El portabultos me lo instalaron a mediados de agosto y las alforjas las compré a finales del mismo mes, eligiendo un modelo que fuera fácil de colocar, ya que el bricolage no es lo mío. 


aspecto final de la "burra" una vez vestida para la ocasión
En cuanto al equipaje a tener en cuenta, eché mano de un listado que está colgado en la web de bicigrino.com (mano de santo esta página para los no iniciados)

Todavía, a principios de septiembre, me agencié en el "Decartón" un saco ultralight, una toalla de gimnasio y una alforja delantera que me resultó muy práctica durante el viaje.

Como verá el sufrido lector todo un dechado de programación.




PREPARACIÓN FÍSICA(HOMOLOGABLE PARA LAS "OLIMPIADAS")


Una vez tomada la decisión hacer el Camino había que "engrasar" al candidato a peregrino, bicigrino en este caso, así que retomé la sana costumbre de caminar diariamente durante una hora, para paulatinamente alargar el paseo  hasta hora y media, alternándola con la salida dominguera de 20 a 25 Kilómetros, haciendo una única prueba con peso en las alforjas, ya que llegué a la conclusión que si entrenaba más veces con éstas a cuestas acabaría por desistir. Por cierto, que cuando mi mujer me vió cargado con las botellas de agua y le expliqué para qué eran, pensó que había perdido definitivamente la cabeza.


Así que después de mes y medio de "durísimo" machaque físico, el resultado fue un "bigardo" de 1,70, con 82 kilos de peso (!perdí 2 kilazos!) y encima fumeta (de tabaco, no vayáis a pensar otra cosa........). Un pedazo de atleta, eso sí, con mucha ilusión y acostumbrado a sufrir encima de la burra.

LOGISTICA


Faltaba el tema de cómo enviar la bicicleta  y al bicigrino hasta el inicio. Después de leer mucho y ver las trabas que pone Renfe para viajar con la "compañera", consideré que lo más asequible era empaquetar por SEUR la burra y trasportar al "burro" en autobús hasta Pamplona, donde era fácil encontrar taxis que te llevaran hasta la frontera.
Siguiendo con mi habitual programación, ya había empezado el mes de septiembre, y el que suscribe sin reservar billete, hasta que se me aparece la virgen, o mejor dicho, el "cuñao", parte importante de esta historia.
Resulta que el cuñao tenía que viajar en esos días a Francia y disponía de alojamiento a 500 metros!!! de Saint Jean Pied de Port. Pues hala. Ya no hay excusas. A embarcar la bici en el coche y el 8 de Septiembre carretera y manta.


lunes, 8 de noviembre de 2010

¿CÓMO EMPEZÓ TODO?

Una Semana Santa de hace cinco o seis años pasé unos días en la Navarra francesa, visitando Saint Jean Pied de Port (Donibani-Garazi) y Roncesvalles (Orreaga), desconociendo hasta ese momento la relación de ambos enclaves con el Camino de Santiago.
Durante aquéllos días me llamó la atención el trasiego de gentes con mochila, llamados "peregrinos", que partían desde los Pirineos, e incluso algunos de más lejos, con destino a Santiago de Compostela, preguntándome qué les impulsaba a realizar semejante travesía.
De vuelta a casa empecé a documentarme sobre la historia del Camino y me sorprendí de la cantidad de testimonios que hablaban de la maravillosa experiencia que había supuesto realizar el peregrinaje, no siempre por motivos religiosos, y me dije que por qué no descubrirlo por mí mismo algún día.
Y este año, por un cúmulo de circuntancias que no vienen al caso,  consideré que era el momento de hacer Mi Camino.