lunes, 12 de octubre de 2015

DIA 2: ELDA-CAUDETE

Viernes, 4 de Septiembre


Los teléfonos inteligentes son un misterio para mí. Con un cacharro más antiguo el despertador se activaba con el teléfono apagado y, en cambio, con el actual cachivache modelno, tan listo como debería de ser, pues no arranca. Las casi cinco horas de gimnasia de ayer hacen el milagro que duerma plácidamente y abra un ojo a las ocho. Nada grave. Estoy de vacaciones y no me espera nadie. El ritual mañanero, desayuno incluído, me lleva una hora larga.
La única dificultad digna de destacar es subir el Alto de la Torreta a la salida de Elda. Poco más de un kilómetro. Distancia suficiente para acabar empapado de sudor y resoplando. Me justifico diciéndome a mí mismo que estoy todavía en fase de rodaje. Cuando corono observo que está nublado. Por mí perfecto. El sol para los guiris que ayer ya recibí ración doble de rayos solares.



A la salida de Sax me cruzo con otro ciclista. Empezó en Burgos y está terminando el Camino del Cid. Nos deseamos buen camino y por una tranquila carreterilla me dirijo hacia la Colonia de Santa Eulalia. Al igual que hace tres años me quedo un rato sentado frente a la ermita, hipnotizado por el silencio que rodea este conjunto de edificios en ruinas que hace más de un siglo tuvieron su pequeño momento de esplendor.




Los siguientes ocho kilómetros son los primeros que recorro por camino y he de reconocer que lo encuentro mucho mejor señalizado. El mejor momento del día: buenas pistas para rodar, temperatura agradable y sin tener que preocuparme del tráfico.




Llegando a Villena


En Villena se están preparando para el inicio de sus fiestas patronales y está todo el centro cortado al tráfico, así puedo cruzar de punta a punta la ciudad con toda tranquilidad. A la salida paro en una pequeña tienda, hago unas compras e improviso un picnic en una parque a espaldas de la plaza de toros. Eso que tengo adelantado.




Termino el almuerzo y las nubes empiezan a disiparse. Veo señalización en una pista asfaltada paralela a la autovía pero prefiero tomar la carretera hacia Caudete. Todo llano y largas rectas. La combinación perfecta para que los coches te pasen a toda pastilla. Sigo sin tener conciencia de estar en el Camino y mis piernas tampoco encuentran el ritmo adecuado. O muy suelto o demasiado atrancado. Nada preocupante que no se arregle con el paso de los días.  Supero el panel que indica el cambio de provincia y de comunidad y ya veo a lo lejos,  hacia  mi izquierda, en alto, lo que debe de ser Caudete . Otro pueblo que no se inundará………

Dejando atrás la "terreta"


Se deja la carretera a la altura del Santuario de la Virgen de Gracia y se toma, a la izquierda, el bonito paseo del mismo nombre por el que se ascienden poco a poco hasta el casco urbano. Aquí también están de preparativos festeros. Sigo subiendo por el pueblo hasta que pierdo la señalización. Como si estuviera en una megaurbe me  pongo a consultar en el teléfono el “Maps” y logro llegar a la Plaza de Santa Ana, donde se encuentra el albergue de peregrinos. Es un poco pronto para pensar en parar y bajo todo lo subido por la calle Las Eras y localizo la calle San Jaime  que es por donde continua el camino.


Entrando a Caudete


Son las dos y media y empieza a apretar el sol.  Decido parar  a tomarme un café y el bicivago que llevo dentro se pone a pensar: 25 kilómetros sin nada entre medias, buscar alojamiento en una población grande un viernes y, además, alguien debe de haberse dejado la puerta abierta en Almansa a juzgar por la dirección en la que sopla el viento. Pues me parece que me voy a quedar. Dado el paseíto dominguero que me he dado me da un poco de vergüenza pedir acogida peregrina pero en el bar me animan a que lo haga. Llamo al teléfono de contacto y me atiende Chimo, presidente de la Asociación de Caudete. A los diez minutos me abre el albergue,  me explica dónde está todo y estamos un buen rato de charla.
El albergue está junto a la ermita de Santa Ana. Una vivienda de dos plantas: bajo se encuentra el salón, la cocina y el baño, y en la planta superior las literas con capacidad para diez plazas. Todo un lujo para mí solo por cinco euros. Me hace gracia, leyendo el libro de visitas, el comentario de un peregrino que no le pone la nota máxima (¿????) por cierto defecto en el plato  de ducha. Pues haberte ido a un hotel…… ¡Con la de refugios “espesos” que hay por los caminos del apóstol!

Albergue de peregrinos junto a la ermita





Aunque aparqué la bici antes de lo previsto todavía hago algo de piernas ya que el albergue está en lo alto del pueblo. Un primer paseo para comprar provisiones para mañana y un segundo para cenar. Cuando regreso prácticamente me ha bajado la cena…. Me duermo con banda sonora de fondo. Hay concierto de inicio de fiestas. 

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