martes, 9 de noviembre de 2010

PREPARATIVOS

A mediados del mes de julio tomo la determinación de hacer el Camino, o al menos intentarlo, durante el mes de Septiembre, aprovechando las vacaciones y teniendo en cuenta que en esas fechas no debería de estar tan saturado de peregrinos y que la metereología no sería muy adversa.

MEDIOS MATERIALES

Lo único que tenía era el medio de transporte, una sufrida Mérida 100 del año 2.003, de suspensión delantera y con frenos de zapata, vamos, lo que se dice un último modelo, eso sí, testada durante estos años en la sierra de mi pueblo, cuyas sendas no pueden ser peores, en lo que a piedras se refiere, a lo que me podia encontrar en el Camino.

El portabultos me lo instalaron a mediados de agosto y las alforjas las compré a finales del mismo mes, eligiendo un modelo que fuera fácil de colocar, ya que el bricolage no es lo mío. 


aspecto final de la "burra" una vez vestida para la ocasión
En cuanto al equipaje a tener en cuenta, eché mano de un listado que está colgado en la web de bicigrino.com (mano de santo esta página para los no iniciados)

Todavía, a principios de septiembre, me agencié en el "Decartón" un saco ultralight, una toalla de gimnasio y una alforja delantera que me resultó muy práctica durante el viaje.

Como verá el sufrido lector todo un dechado de programación.




PREPARACIÓN FÍSICA(HOMOLOGABLE PARA LAS "OLIMPIADAS")


Una vez tomada la decisión hacer el Camino había que "engrasar" al candidato a peregrino, bicigrino en este caso, así que retomé la sana costumbre de caminar diariamente durante una hora, para paulatinamente alargar el paseo  hasta hora y media, alternándola con la salida dominguera de 20 a 25 Kilómetros, haciendo una única prueba con peso en las alforjas, ya que llegué a la conclusión que si entrenaba más veces con éstas a cuestas acabaría por desistir. Por cierto, que cuando mi mujer me vió cargado con las botellas de agua y le expliqué para qué eran, pensó que había perdido definitivamente la cabeza.


Así que después de mes y medio de "durísimo" machaque físico, el resultado fue un "bigardo" de 1,70, con 82 kilos de peso (!perdí 2 kilazos!) y encima fumeta (de tabaco, no vayáis a pensar otra cosa........). Un pedazo de atleta, eso sí, con mucha ilusión y acostumbrado a sufrir encima de la burra.

LOGISTICA


Faltaba el tema de cómo enviar la bicicleta  y al bicigrino hasta el inicio. Después de leer mucho y ver las trabas que pone Renfe para viajar con la "compañera", consideré que lo más asequible era empaquetar por SEUR la burra y trasportar al "burro" en autobús hasta Pamplona, donde era fácil encontrar taxis que te llevaran hasta la frontera.
Siguiendo con mi habitual programación, ya había empezado el mes de septiembre, y el que suscribe sin reservar billete, hasta que se me aparece la virgen, o mejor dicho, el "cuñao", parte importante de esta historia.
Resulta que el cuñao tenía que viajar en esos días a Francia y disponía de alojamiento a 500 metros!!! de Saint Jean Pied de Port. Pues hala. Ya no hay excusas. A embarcar la bici en el coche y el 8 de Septiembre carretera y manta.


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